martes, 22 de enero de 2008
LUNA LLENA...
martes, 15 de enero de 2008
CUARTO CRECIENTE...
Un instante dura la vida del hombre;
fluir continuo es su esencia, oscuras sus
sensaciones, corruptible su cuerpo entero,
errabunda su alma, imprevisible su destino,
azarosa su fama. En una palabra, lo propio
de su cuerpo es como el fluir de un río;
lo propio de su alma, sueño y vanidad.
Su existencia es un batallar, un viaje por tierras
extranjeras. Su gloria póstuma, olvido.
¿Qué le queda entonces que lo proteja?
Única y exclusivamente la filosofía.
Y ella consiste en que conserve su genio interior
incontaminado por insultos y agresiones,
por encima de dolores y placeres;
que no actúe jamás con falsedad o hipocresía;
que no dependa del obrar ajeno; que, además,
esté siempre listo para recibir todo
lo que le reserve la fortuna como si proviniera
de donde él proeviene; y, sobre todo,
que espere con tranquilidad la muerte,
convencido de que no es sino la disolución
de los componentes atómicos de todo ser...