He cogido un opelet hacia estación, que staba un pedo de lejos y, luego, un bus hacia Bukitinggi… El autobús ha tardado un güebo porque, como siempre, paraba para pocos metros para coger gente y ha efectuado una de esas vueltas de “recolección” que hacen ellos para poder tener suficiente gente para patir…
Luego de tomar un café en la estación de Bukitinggi, he cogido un bus hacia Maninjau. Espectacular paisaje a pesar de la lluvia… La carretera baja dando pronunciados zigzags, dejando entrever un lago precioso alojado en el cráter de un gigantesco volcán (como el de Danau Toba, pero más pequeño, limpio y caliente) Si no hubieran nubes y no estuviera lloviendo, estaríamos ante un lago color azul cielo rodeado de vertiginosas ladera repletas de vegetación ecuatorial (El ecuador pasa cerca de aquí)
El bus hizo stop enfrente de una parada techado y yo aproveché para tomar otro de esos cafés de Sumatra que nada tienen que envidiar a Colombia o Brasil… En el puesto de madera al lado de un arroyo donde me lo tomo hay un tipo simpático pero que pone gestos de misterio a cada calada que le da a su “kretek” (tabaco aromatizado con clavo) y entorna los ojos en cada pregunta que me hace… después del consabido cómo te llamas y de dónde vienes, viene el de a qué te dedicas… Le miento, le digo que estoy a cargo de la red informática de una oficina… He hecho bien, el tipo me mira con respeto y me asevera solemne que él es policía… Le observo sonriente:¿Policía secreta? (no llevaba uniforme) Se ríe, entiende algo mi ironía y me contesta “yes, policía secreta” El tipo es simpático y como me habla de karate, me invento la trola de que yo serví 5 años en el ejercito de mi país… ¿En qué? En los comandos de élite en las montañas… El tipo ahora no representa ningún peligro para mi… Me respeta y se hace mi colega… No me gustan los polis de este país… A la primera de cambio te piden soborno, así que no me siento culpable de nada… Durante todos estos días llamaré a este puesto de café el “Polisi shop”, ya que vendré a menudo a tomar café y me encontraré con él de vez en cuando…
Pregunto por una Guest House y a pocos metros se encuentra el sendero (resbaladizo y lleno de barro), bajo un gran letrero que no había visto, de Lili’s Home Stay… Me cuesta encontrarlo y me desvío, pero encuentro a un lugareño que me indica la dirección…
Cuando llego me recibe un “Heavy” de origen batak que me muestra unas cabañas cojonudas a dos metros de la orilla del lago… Elijo la de mejor vista aunque la mas deteriorada y luego de dejar el equipaje y rellenar la ficha me pongo a hablar con él y otro chaval hasta que entra sueño y me voy… Me entero de que el dueño es neozelandés casado con indonesia (de ahí el nombre de Lili) y que viene cada pocos meses a ver como va el negocio…
El sitio esta “de buten” y mañana me daré un baño…