Por la mañana temprano, sobre las 6:00, me he levantado para desayunar en el café de enfrente de donde salen los buses a Kinpun, el pueblo a la base del templo de la roca dorada… Con mi equipaje apoyado en la mesa, me he desayunado uno de esos “jumpings” chinos, un pastelito blanco y dulce hecho con arroz y relleno, en este caso, de pollo… Cuando ha llegado el bus, me he dado cuenta con alegría de que era más o menos confortable para las aproximadamente 4 horas de viaje que me esperaban… Esperaba no sufrir mucho del puñetero dolor de riñones que voy arrastrado por dormir en autobuses repletos y en constante tambaleo por esas putas carreteras de Dios…

La llegada al pueblo ha sido relativamente rápida y me he decidido, por cansancio, a tomar una habitación en una guest house llamada “Sea Sar” a la que me ha dirigido uno de los chavales de su staff… Sea como sea, he pasado la tarde en tranquilidad y he aprovechado para reservar un bus para pasado mañana ir a Yangon… Mañana cogeré temprano un camión con tablones para acercarme al templo…