Quiero acercarme a Mount Lavinia, la playa de Colombo… La mejor manera es con el tren… En la estación no saben indicarme nada… Resignado, me acerco a la Bastian bus stop para tratar de localizar la parada del bus 187, el bus que me llevará al aeropuerto el día 5… Lo encuentro fácil y me dicen que tiene un servicio de 24 horas… Miel sobre hojuelas… La estación esta cerca de mi hospedaje, así que evito los taxis y demás zarandajas…
Se lía a llover y tengo que esperar un rato a que amaine… Luego sale de nuevo el sol y aprovecho para pasear por el malecón cercano a la orilla del mar y del puerto… El atardecer es precioso… En pleno "éxtasis", una chica cingalesa que se sienta a mi lado y empieza a hablar conmigo… Me sorprendo porque no es normal que eso pase, dada la estricta moralidad del país… Llego a pensar incluso si será una puta… No lo parece, pero en todo caso, me está dando el coñazo y "robándome" las horas de relax del atardecer… Llegan unos chicos, que parecen ser sus amigos, y aprovecho para despedirme y levantarme…
Vuelvo al hotel, en donde veo alguna película en el ordenador hasta quedarme dormido… Veo que la vuelta a España también me tiene estresado… Todo seguirá igual y no soy muy feliz con mi vida cotidiana… Nadie se da cuenta de mi angustia y preocupación ante los años que me quedan y me siento como encadenado a mi familia… Los echo de menos pero son un gran lastre para mí… Y quizás yo para ellos… Los quiero con devocionm, pero siempre me han impedido avanzar… Y nada cambia nunca… En fin… Como se suele decir: ¡Que sea lo que Dios quiera!
No hay comentarios:
Publicar un comentario