Parece que la cosa va mejor con el problema intestinal… Serán pastillas muy fuertes, pero es que no hay alternativa en estos casos…

Hay varios “yatris” (peregrinos hindúes) que son un coñazo… Me termino cabreando con un pazguato en especial que no para de despertarme para preguntarme de donde vengo y todo ese rollo trilladísimo que se gastan la mayoría de la gente de India… Es cierto lo que me dijo alguien alguna vez: Estos no quieren hablar contigo, pero quieren hablar sobre ti; así que termina siendo un interrogatorio más que una conversación…

En la cantina aparece el soldado sikh y hablamos un rato… Está interesado en como follarse a mujeres occidentales… Le digo claramente que es un pobre ignorante que solo podrá acceder a esa mierda en sus sueños… Son muy pesados estos indios con el tema del salario y el sexo en occidente… Las pobres mujeres occidentales, tienen un serio problema viajando solas por aquí, ya que siempre son acosadas de una manera u otra por estos ignorantes analfabetos…

Tras recoger los bártulos de la cloack room, salimos de Jammu Tawi un poco más tarde de las 14:30 en el Tatanagar Express. Están previstas unas 5-6 horas de viaje…

La cosa va rápida y llegamos de noche a Amritsar… Dejo la mochila grande en la cloack room de la estación y me doy una larga caminata porque me desvío del correcto camino y, luego de preguntar pacientemente, llego al Templo de Oro… Al llegar me encuentro a una chica suiza y hablamos algún rato… Pillo una cama que parece vacía, pero enseguida llegan dos chavales francófonos que estaban antes y me tengo que buscar otro sitio… Pregunto al sikh vigilante de la puerta y me da una manta y duermo en el suelo la primera noche… Esto era lo normal en las dos veces anteriores que he estado aquí… Conmigo también anda “por los suelos” un iraní al que también le hechiza este templo… Es algo curioso que un musulmán (aunque sea de la rama más esotérica del Islam: los chiítas), respete de esa manera otros planteamientos filosóficos y/o religiosos… Mi respeto y mi saludo para él…

El primer reencuentro con el Golden Temple es emotivo… paseo un rato y entro a escuchar el Gurbani (canto del Guru Granth, el libro sagrado sikh)… Como siempre, la atmósfera es deliciosa y profundamente serena…

Cuando tengo algo de hambre voy al “Langar”, el comedor comunitario y me zampo unas lentejas con arroz y chapati, con añadido de arroz con leche… Luego, cansadillo y tal, regreso al dormitorio y me quedo rendido en pocos minutos…