viernes, 6 de octubre de 2006

Hoy ha sido otro día surrealista… En primer lugar, el metro hacia las estaciones KLCC o Ampang Park (que eran las que me convenían) estaba fuera de servicio… Ahí comienza mi odisea… Me voy andando (inútil preguntar que autobuses, ya que no se enteran o te envían a coger el menos indicado) y después de un rato llego a la embajada indonesia. La "dama de la ventanilla" recoge mis resguardos y me pregunta por el "ticket" Yo no sabía de que me hablaba y empiezo a rebuscar en mi riñonera y en mi mochila para luego después quedarme mirando como si indagara el por qué del universo… Ella, impasible me vuelve a indicar: "ticket" y entonces, ante mi evidente estupor, agarra un pedacito de papel y un boli y escribe algo parecido a un número de teléfono debajo de un ininteligible encabezado…
Después de darle las gracias, vuelvo cansadísimo al hotel y allí, el conserje tamil recoge mi nota y llama al teléfono para saber de quien era el número… Parece ser que, según sospechaba es de una empresa de transportes… El "ticket" hace referencia al billete de salida que es necesario para el visado… El tamil recoge los datos de la dirección y el nombre de la empresa y me indica una parada de autobuses…
Al preguntar a los conductores, nadie sabe nada… Solo que aparece "Port Klang" y un avispao de los que de vez en cuando hay me dice que debo coger un bus a Klang y luego otro a Port Klang y me dice que, de momento, el de Klang es el 33… Consigo llegar a un 33 y, efectivamente, doy con el de Klang...
Después de un rato me doy cuenta de que Klang no es un barrio o algo así, sino que es otra ciudad, y además con puerto… Tsrdo casi dos horas y media en llegar a Klang y luego alguien me dice cual es el bus para Port Klang. Lo cojo y me deja en la parada de buses del puerto y allí pregunto por la dirección y nadie sabe nada… En uno de esos pateos doy con esa alma providencial que siempre lo saca a uno de líos y que gracias a su amabilidad me devuelve la fe en la humanidad… Este señor, musulmán, me monta en su coche, llama al teléfono y me lleva al puerto en donde está esa empresa. Además esta situada en un punto justo al lado de la última parada de tren que enlaza con la KL Central Station… O sea que facilísimo de llegar… Una chica china me atiende y me indica los precios y yo, con un calendario en la mano, diseño mi ida y vuelta a Indonesia ¡Espero que todo esté en orden ahora!
Para la vuelta cojo el tren y certifico que ya no hay tiempo para la embajada… Esperaremos dos días más en KL hasta ver que pasa… El tamil se alegra (¡Claro! Dos días más en el hotel…) ceno alguna cosa de puesto callejero y me voy a la piltra…

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