domingo, 22 de julio de 2007

Día en tren hasta las 23:00… lo pasamos hablando con un tipo bajito y con gafas y su hijo, sobre que la mejor parte de India, es el sur; yo tomo nota al respecto… Comida en tren y alguna compra más en alguna estación… Hoy, cabreado como estoy (mostrando y demostrando la relatividad de las emociones), tengo la conciencia de que esta es una “sucia nación”, en el sentido de la higiene… India no cambia en muchas cosas, como es la gandulería, la falta de limpieza y la corrupción… Mañana quizás la vea de nuevo como un paraíso en el que los trenes lleguen puntuales a su hora y en donde uno no tenga que practicar escalada para cagar en un retrete público, o perfeccionar la técnica del “slalom” para caminar por ciertas calles esquivando mierdas de multitud de animales y los escupitajos de los numerosos mascadores de “pan masala”…

A las once y pico de la noche, como he dicho antes, se llega a Nueva Delhi… Se pasa la noche en la estación… Prefiero quedarme dormitando en algún banco, que salir a estas horas para buscar un hotel… Estoy demasiado “rendido” para eso… Encuentro para ello, un amplio banco de madera, limpio y seguro en donde, confundido con los que esperan los trenes de madrugada, me duermo como un bendito con la cabeza apoyada en mis paquetes… A las 4:00 (aproximadamente) de la madrugada, me incorporo un momento, y un tipo, vestido a la manera del norte de India, pone su maletín en el banco… Le indico que estoy echado y me responde que “relax, my friend!”… Tras ordenar algunas cosas de su equipaje, me pregunta de donde soy, contesto que español… Él me confiesa que es afgano y me enseña fotos de cuando estuvo en América. En algunas imágenes aparece sentado al lado de una mujer rubia que él define como su “novia americana”. En estas imágenes aparece mucho más joven, vestido “a la europea” con un cierto toque de mafioso italiano, se lo comento y se rie: “Yes, I looked Italian” (“Si, yo parecía Italiano”)… Tras un poco más de cháchara y tras confesarme que estaba en India por culpa de la política y de que había estado durmiendo por casi seis meses en el banco en donde yo estaba ahora, coge sus bártulos y se va arrastrando su maletín por todo el andén… Yo me vuelvo a echar y dormito otro poco más…

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