El caso es que ya estaba bien despierto, duchado y con todo listo y preparado alrededor de las 11:00, así que he pagado y me he ido para la para de minibuses que hay al lado de la lotus guest house…
En el camino, al verme cargado, me han acosado los “transportes” y especialmente un taxista ha sido muy descortés conmigo y ha parado el taxi justo enfrente de mi camino para molestarme y que tuviera que rodearlo… Menos mal que los minibuses estaban a apenas 2 minutos de mi guest house y he podido carcajearme de lo lindo de todos ellos… Se enfadan porque pago solo 2$ por el transporte cómodo, fiable (bueno, en Vietnam el tráfico nunca es de fiar) y directo de los minibuses y no quiero coger sus carromatos y coches por diez veces más ese precio… Definitivamente eso tendrá que cambiar poco a poco…
He preguntado si podía coger el bus de las 12:00 en vez de el de las 15:00 y no ha habido problema… Prefiero esperar sentado en el aeropuerto, que está más fresco, que en otro lado… La furgoneta ha salido con una media hora de retraso, pero a mi no me importaba, ya que mi avión salía a la 21:30 e iba con casi nueve horas de adelanto… Me he bebido una de las botellas de leche con un cake de pasas esperando a la salida del trasto… Alrededor de las 12:30 hemos partido y hemos llegado sobre la 13:30 aproximadamente…Menos mal que llevaba mi libro de Eva Borreguero y he pasado relativamente entretenido el tiempo hasta la facturación del equipaje… La “marcha” ha llegado a partir de ese momento…
Pregunto y me cogen el pasaporte. Espero durante unos cinco minutos y vuelven para decirme que no pasaba nada y que no tenía que pagar nada por sobrepasar un día el visado… Doy las gracias efusivamente y vuelvo al mostrador de facturación… La chica, sonriendo, me dice que ya lo sabía, pero que había que estar seguros… Vuelvo a la puerta de embarque y allí esperaba la estúpida funcionaria para pesarme el bártulo… Pesaba 20Kg. y me dice que tengo que preguntar por si tengo que pagar exceso de peso… Voy a la taquilla que tienen habilitada a tal efecto y me mandan a las oficinas de “Air Asia” que estaban en el piso 3º… Cojo el ascensor y se suben también unos policías que me dicen que las oficinas que busco están abajo… Bajo con ellos de nuevo y voy, esta vez, a información, le regalo unos libros viejos en inglés que tenía de haberlos pillado en algunas partes de aquí y allá (Agatha Christie, Robinson Crusoe, etc) y me contesta muy alegre que yo tengo razón, que “Air Asia” está arriba en el tercero… Vuelvo a subir y esta vez doy con lo que buscaba… Me dicen que el exceso de peso cuesta a 5$ por kilo de más… Saco de mi bolsa la mochila donde llevo el ordenador y estos, al verlo me dicen que el ordenador no paga… Les miro sorprendido, porque así el peso se quedaría en unos 5 kg., y les pregunto si están completamente seguros. “Completamente, Sir” y uno de ellos se ofrece para acompañarme abajo… La chica del mostrador de facturación me dice que no tengo que pagar nada y yo, que ya andaba empapadito en sudor tras andar trajinado cerca de una hora, sin fiarme mucho, le pido que me lo escriba para enseñárselo a la funcionaria “marxista-leninista” de la puerta de embarque… La chica me escribe algo en el ticket de embarque y se despide de mí sonriendo… Voy otra vez a la “zona aduanera” y le enseño el papel a la estúpida… Ella esta asombrada y me dice que no sabía, pero que como mi mochila pesaba 20 kg…
En eso, la verdad, la mujer tenía razón… Yo no sabía que el ordenador no se contaba, sino no hubiera estado trajinando como un loco en cada vuelo de bajo coste… Existe, eso sí, una regla no escrita por la cual, el equipaje de mano ni se mira… Se ven de vez en cuando auténticos baúles que ni caben en los escáneres y nadie dice nada… Pero a mí me había tenido que tocar la escrupulosa de turno y eso era lo que me molestaba… Menos mal que a estas alturas del viaje, mi paciencia es extrema y eso lleva una recompensa “kármica” aparejada… Le sonrío a la funcionaria y ella hasta se pone colorada… Yo quedo como un rey y ella se siente sin culpa… Todos felices… Todos contentos y yo sigo mi camino y ella el suyo…
Esperando al embarque (que se ha retrasado media hora), me doy cuenta de que no he pagado ninguna tasa de aeropuerto… En la guía y en las agencias, es lo único que tienen claro… Se pagan 14$ en Vietnam… Rezo secretamente para que no pase nada… Si la cosa seguía así, me habría ahorrado unos 29$ dólares (cerca de 80$ en el caso de que hubiera tenido que pagar sobrepeso), cosa que en mi “miserable” estado no está nada mal… Había planificado tasas de aeropuerto, un día de más de visado y la posibilidad de algún extra que otro, pero todo había salido redondo…
El avión, en el que andaba congelado porque estaba mojado de sudor y un chorro de aire acondicionado me daba de lleno, se ha tomado un par de horas en llegar a Bangkok… No estaba nada mal… El personal de servicio parecía más amable de la cuenta conmigo y eso me a extrañado y fascinado al mismo tiempo… ¿Por qué pasa eso? ¿Por qué hay momentos en los que todo, pero todo, el mundo es encantador? ¿Por qué hay momentos en los que parece que todo, incluido tu mismo, es brillante como un destello de sol? Ni idea de los caminos inescrutables de Dios, ni de los atajos ocultos de los hombres…
En el aeropuerto he peguntado por el transporte para mañana y me han comunicado que el bus 556 ha sido cancelado… No e he fiado mucho, mañana trataré de coger un “shuttle bus” para la zona de transporte público del aeropuerto y me buscaré la vida… También he ido a cambiar unos 5 RM que me quedaban de Malasia (me han dado 41 Bhats) y más tarde he cenado algo de las porquerías que hay por el aeropuerto… Eran las 12:00 y pico y tras deambular un rato para encontrar una plaza recoleta para dormirla, he dado con unos bancos en donde he podido estirarme a gusto… No era cosa de coger taxis (carillos a estas horas), ni de ir buscado alojamiento a las tantas de la madrugada… He dormido muy bien envuelto en mi forro polar y con la cabeza en mi equipaje…
El viaje hasta Bangkok no había salido mal del todo…
No hay comentarios:
Publicar un comentario