miércoles, 22 de noviembre de 2006

Me levanto como nuevo… Todavía pesado, pero lo peor ya ha pasado y la diarrea no era bacteriana sino de estrés, así que tampoco había que preocuparse, solo rehidratarse con cuidado y yo, afortunada o desafortunadamente, ya me conozco el paño y sé como cuidarme en estos casos…


Como me levanto tarde dedico el día a acercarme al “Amusement Park” en donde me han dicho que actúa todas las noches una compañía de teatro y danza tradicionales javaneses… El parque es un desolado centro de atracciones con una sección abandonada para niños… Me aseguran en un kiosco de bebidas y comidas, mientras me tomo un “es teh” (té con hielo), que a las 20:00 hay espectáculo, y solo por 3.000 Rp. (unos 25 céntimos de euro) en un teatro cubierto que puedo ver desde donde estoy sentado… Tomo la decisión de acercarme más tarde… Me dirijo al hotel en donde me echo en la cama hasta que se acerca la hora de volver al parque…
El teatro por la noche está vacío cuando llego… Solo los músicos ensayan en el foso y unos niños parece que quieren practicar los gestos y posturas de la danza javanesa sobre el escenario… Me empeño en pagar la entrada y el tipo de la puerta acepta sorprendido, luego me doy cuenta de que no paga ni Dios, pero por 25 cts. Me siento bien por ser un poquito el mecenas occidental de la noche… El teatro se va llenando poco a poco y, como de costumbre, no hay ningún occidental más… Me pongo en primera fila y, tras echar fotos a unas pinturas en las paredes con escenas del Ramayana, espero el comienzo de la actuación…
Quedo “pasmao” por la belleza y plasticidad del teatro clásico javanés… Aunque no entiendo ni jota del diálogo, que está en bahasa, comprendo casi a la perfección las situaciones… Entiendo que un campesino se enamora de una diosa y recoge una corona de dios que se encuentra y se convierte en un dios que derrota a los demás dioses y demonios hasta que consigue su objetivo… La obra está salpicada de elementos cómicos y payasadas que hacen estallar de risa al público… Por momentos me parece estar viendo una mezcla de un sainete castellano del siglo de oro y una actuación de clowns cirquenses… Las caras pintadas, los ricos y enrevesados trajes, las barbas y bigotes postizos, las posturas hieráticas, la música subrayando los momentos de acción o drama, las canciones… En fin… Es lenguaje universal que hace que me sienta bien en la noche junto a este pueblo guerrero, ecuatorial y antiguo y que les perdone su pesadez y avaricia por unos momentos… Por supuesto, grabo las dos tarjetas de memoria con vídeo, sonido y fotos… :-)

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