La vuelta al lugar de donde sale el bús, toma casi 15 minutos desde el “Mimosa”, lo que no es mucho, pero ya no es el puerta a puerta que al estaba acostumbrándome desde mi llegada a Vietnam… Con levantarme un cuarto o media hora antes, tengo de sobra… Tampoco es algo del otro jueves… He tratado de memorizar el camino vuelta y tras alguna pequeña confusión, se me ha quedado grabado…
A la vuelta, he encontrado otro “chorizo” más del sudeste asiático (no normal en Vietnam, pero ya veo que también los hay)… Ha sido en un restaurante en donde he preguntado el precio de un plato de arroz enorme con carne, verduras y huevo duro… El tipo me saca de su bolsillo un billete de 10.000 Dongs (60 centavos de dólar), lo que me ha parecido superjusto… Me zampo el plato y una pequeña ensalada de soja que me había añadido (y que suelen poner siempre) y, al preguntar el precio, me saca de su bolsillo un billete de 20.000 Dongs… No tenía cambio y no me fiaba de él, así que he ido a cambiar, en un puesto de enfrente, un billete de 20.000 que tenía por dos de 10.000… Luego he vuelto al local y le he dado 10.000 comentándole, muy despacio y claro, que ese era el precio que me había dicho… Se ha quedado con un palmo de narices, pero no ha tenido valor a decir nada…
Algo caldeado por la mala suerte de este “día 13”, he dicho en la recepción del hotel que mañana me iba bien tempranito… Eso sí que lo han entendido… Hay mucha competencia de hoteles y cada cliente siempre les viene bien… A los pocos minutos llega la “chica-que-habla-inglés” y me ha pedido excusas por la situación… Le he contestado que muy amable, pero mañana ya tendría otro hotel mucho más “profesional”… La chavala ha comprendido ipso facto… En eso, rompe a diluviar… En mi habitación preparo las cosas para mañana irme y al notar que deja de llover, salgo a la calle… He paseado a la orilla del lago (este viaje ha sido el viaje de “los lagos”… También el de los “motorbikes”…). Mientras chispeaba débilmente, lo que no era ninguna molestia, me he sentado en un pequeño banco de conglomerado de piedra y cuando empezaba a arreciar algo, he vuelto a la habitación… Por el camino, he parado para hablar con la familia y ver como andaba “Interness”… Ya anochecido, en mi habitación, he visto alguna peli en la tele y enseguida, ha llegado el sueño… Mañana (que coñazo) me cambio a otro nuevo alojamiento…
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