
No me gusta especialmente esta clase de fiesta, pero todo lo suplía la presencia me mis dos amigos Pablo y Laura. Verónica nos había dejado unas horas antes para coger un avión de vuelta a Buenos Aires…

El caso es que no he dormido y he enlazado con el autobús, que se cogía a las 5:00 de la mañana…
¡Adiós Ushuaia! ¡No te olvidaré!

No hay comentarios:
Publicar un comentario