Los trámites van rápidos en los dos puestos, argentino y boliviano, y enseguida andamos paseando por la calle principal de Villazón. Lo primero es buscar cambio de moneda, que se muestra algo dificilillo a esas horas de la mañana; además, me doy cuenta de que los euros no son muy bienvenidos en el país, solo hay cambio aceptable para el dólar y los pesos argentinos… El cambio del euro, si es que lo hay, está por los suelos… Me ofrecen 8 bolivianos por euro, cuando el cambio oficial está a 9.89… Habrá que esperar a alguna ciudad con ATM (cajero automático) para poder sacar un cambio digno… Cambio solamente 20 euros para poder ir tirando…
Un par de chicas argentinas se nos añaden al grupo y nos dirigimos a la estación de tren para sacar los billetes; yo a Tupiza y mis tres compañeros a Uyuni… Tras una pequeña espera, en la que teníamos un número para cada dos personas, sacamos los boletos y nos disponemos a buscar un sitio para desayunar y descansar algo, ya que el tren saldrá dentro de unas seis horas, a las 15:30… Yo ya había comprado un café con leche y un pedacito de pan con mantequilla a una viejecita indígena, de sombrero y pollera, que andaba pregonando su mercancía en la estación, pero me apetecía tomar alguna cosa más con mis nuevos compañeros…
Arrastrando los bártulos hemos dado con un restaurante, en donde habían algunos mochileros más, y nos hemos tomado algunos cafés, unos tes de coca y alguna bollería que mis compañeros han comprado fuera del establecimiento… Tras esto, los chavales argentinos se han ido a buscar el mercado y yo, que andaba bastante cansado, les he pedido que me compraran alguna cosa y les he esperado con los equipajes en el local, hasta que la chica encargada ha dicho que había que cerrar un par de horas para barrer el suelo… He sacado todos los equipajes y he estado plantado fuera por unos minutos, tomando un helado de coco, hasta que han llegado mis tres compadres de sus compras en el mercadillo local…
Hemos estado hablando largo y tendido en un jardín sombreado con bancos, mientras hacíamos tiempo para que se hicieran las 12:00 y poder volver al restaurante a comer algo… Cuando ha llegado el momento hemos vuelto al local y nos hemos comido unos “pollos al spiedo” (consistentes en un cuarto de pollo asado, arroz y espaguetis). Verónica, una de las chicas, andaba algo pachucha por el mal de altura y solo se ha tomado una infusión…
Una vez comidos, nos hemos dirigido a la estación y allí hemos dormido una pequeña y beneficiosa siesta en los suelos (bastante limpios, por cierto) de la sala de espera… Cuando ha llegado la hora, hemos montado nuestros equipajes en un vagón aparte (la primera vez que lo veo esto en una línea ferroviaria) y nosotros hemos tomado nuestro asiento en nuestras respectivas plazas numeradas… El tren estaba bastante bien y se salía del estereotipo boliviano que nos imaginábamos…
Viendo los paisajes áridos de esa zona del país, se me ha pasado el tiempo rápidamente y en tres horas estaba despidiéndome de mis tres amigos (lamentando no poder andar con ellos un poco más, ya que es raro encontrar tan buena gente) y recogiendo los bártulos para buscar mi merecido alojamiento… :-)
He preguntado, a la salida de la estación, en un hospedaje que me pedía algo más de lo esperado y, unos pocos pasos más allá, he encontrado otro hostel en donde una habitación individual, sin baño, me costaba la mitad de lo que me pedían en el otro y allí me he quedado…
He salido a dar una vuelta por el revuelo de los mercados de fin de año; pero tras alguna compra (uvas y bebida), he vuelto a mi habitación en donde me he tomado las uvas con antelación a la hora local (cinco horas menos), pero más o menos ajustadamente al horario español… He puesto mi hardware de recepción de TV en el ordenador para recibir la televisión boliviana… Los programas versaban sobre Evo y su reforma constitucional y en algún canal intercalaban música… Me he quedado durmiendo enseguida, sin darme cuenta, tal era el cansancio acumulado tras dos días de movida por las carreteras… El año nuevo me ha llegado, pues, de puntillas y sin avisar… :-)
¡Hola Bolivia!