jueves, 4 de diciembre de 2008

La naturaleza de las islas...

He estado escribiendo en el laptop todo el tiempo... He usado el cable alargador que compré y ha sido muy fácil usar la máquina... en un momento dado llega la mujer de Carlos y ha alucinado con el montaje del ordenador… Ha debido creer, en su bendita ignorancia, que las "maniobras" iban ha agotar la energía de la población de Chonchi, porque en cuanto ha salido, ha llegado enseguida Charles (Carlos) a observar el panorama... Como ha visto que no pasa nada, solo me ha saludado riendo y ha salido… Creo que tengo la intuición suficiente para saber por donde van los tiros en según que momentos, mentalidades y lugares... :-)


Cuando he acabado, he recogido los bártulos, los he guardado bien, y me he dispuesto a andar un poco por el litoral... Nos hemos dirigido hacia el ferry (la barcaza) que llevaba a la isla de Lemuy, que está enfrente del pueblo... Ha sido un recorrido precioso, en donde he estado echando fotos de todas las plantas que he ido encontrando en el camino... Parecía que iba a ser un largo camino, pero hemos llegado al puertecito de salida en un par de horas... El trayecto ha transcurrido entre encantadoras "estancias" (ranchos) y un verdor que se salía del marco...


Una vez llegado, he visto partir al "caballo del mar", que era el nombre que tenía el viejo ferry que estaba a punto de salir... He preferido sentarme un rato y habar con el obrero que estaba encargado de vigilar la ampliación del nuevo puerto que va a haber en la zona... Ha sido muy agradable y hemos contado chistes y anécdotas... El decía, entre carcajadas, que estaba allí para evitar que nadie se llevara los enormes pilones de hormigón y se hiciera un llavero con ellos... Al poco ha llega do un compañero suyo (todos estaban en el turno de la comida del mediodía) y nos ha relatado que no sé quien había pescado una trucha golpeándola con una barra de hierro y luego cogiéndola con las manos; la comida había sido suculenta, por supuesto...


Cuando he visto que dentro de un rato iban ya a venir para trabajar, me he despedido y he vuelto sobre mis pasos, ya que en mente tenía la posibilidad de poder hablar con los mios desde la excelente conexión a Internet que hay en el albergue...

En efecto, una vez allí, me he puesto manos a la obra y he disfrutado de una de las mejores conexiones de este periplo...

Por la noche han llegado la niñas (Rose y Claire) y hemos cenado y charlado a modo como excusa para acabar con la botellita de vino que quedaba...


En la cama, con todo cristo durmiendo, me he puesto el ordenador en la habitación, aprovechando el alargador industrial de 15 metros que compré y me he puesto algunas pelis...

Enseguida nos hemos quedado roques, el día había sido demasiado gimnástico...

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