El Hostel Independencia, que es el que había elegido, estaba a un escaso centenar de metros, justo al comienzo de un denominado Paseo del Estado de Israel, marcado por un enorme candelabro de siete brazos… Hubo que esperar un poco a que fuera la hora del check out, el ordenador estaba en un rincón que estaban pintando y no se pudo utilizar…
Tras dejar los bártulos, me presentan a un español de Palencia que estaba en Mendoza visitando a unos parientes argentinos y pasando las navidades con ellos… El pariente llegó algo más tarde, un viejo de tendencias peronistas, charlatán por los codos y bastante “de la tierra”, había nacido allí y se le notaba…
Salgo a dar una vuelta y paso por la terminal a reservar bus para Córdoba… En los alrededores veo un hostal cercano a la estación y pienso que hubiera estado bien coger este alojamiento… Mendoza es una ciudad encantadora en extremo, en donde sería muy apetecible vivir… Volvemos enseguida a dormirla, nada más ponerse el sol, las fronteras son un desgaste total de energía…
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