La frontera de nuevo... Por la mañana hemos ido el francés y yo a la estación de bus urbano que nos llevaría a la terminal de autobuses... Él iba mucho más apurado que yo y por eso hemos estado a punto de coger un taxi... Al final ha llegado el bus número 20 y no ha tenido que llegar la sangre al río... el gabacho ha llegado con minutos justos, pero ha llegado... Mi bus salía un par de horas más tarde...
Una vez montados, solo ha hecho falta esperar hasta la llegada a la frontera... El lado argentino estaba asombrosamente paranoico y han revisado a conciencia los equipajes... El trámite se ha alargado casi dos horas... Luego ha llegado la aduana chilena, algo más rápida... Una vez en Chile, solo había que esperar la llegada a Valdivia ya anochecido...
Una vez en la ciudad, hemos tratado de dar con el "Hostel Aires Buenos", pero nos hemos despistado algo por las calles... Cuando he dado con la puerta eran ya la once de la noche...
Me han recibido con un vaso de vino... El dueño es un chaval argentino de modales dulces y exquisitos y que anda atareado en una tesis doctoral relacionada con la antropología... Tras algo de charla, me he quedado con una confortable "single room" y me he retirado a descansar, después de pasar por el "ordenador de a bordo" un rato...
En mi mente todavía andaban rondando las fantásticas montañas de la ribera de Bariloche... He dormido como un rey, llevado de la buena vibración del local y la amabilidad de mis anfitriones...
¡Hasta otra Bariloche! ¡Hola de nuevo Chile!
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