Hoy lo he dedicado a visitar "monumentos" fabricados por el hombre y también los hechos por la naturaleza...
Por ejemplo, la Catedral tiene ese toque impersonal y grisáceo de lo que quiere ser un especie de gótico tardío... Es bella y por dentro hay algún uso de madera que le da ese toque de estación de montaña... Como me gusta tanto la arquitectura religiosa, he pasado mucho tiempo flipando con su atmósfera...
Todo Bariloche tiene un toque de madera y piedra vista... Parece un pueblo de Heidi... ¿Cómo no echar unas fotitas? Pero lo más bonito de todo es su lago de aguas de una transparencia como pocas veces he visto y su ribera... Hay una especie de playa de canto rodado que la gente local y la visitante usan para intentar bañarse; digo "intentar" porque el agua viene del deshielo de glaciares, y está fresquísima (por usar un eufemismo)...
Turística o no, Bariloche y su entorno es un paraje como pocos hay en la tierra... La montaña produce estos "ángeles" de luz que rondan con sus respectivos demonios en forma de dólar...
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