lunes, 22 de septiembre de 2008

La Capital Federal...

Llegada mañanera a Brasilia… Me encuentro con una estación currísima, comparada con la fastuosa de Sao Paulo… Una vez allí, cojo un bus para la rodoviaria en el centro de Brasilia… Pregunto, al llegar, por algún otro bus para ir a la dirección de la poussada que he encontrado en la guía… Puedo asegurar que la guía de Lonely Planet para Sudamérica es una mierda… Los precios no están actualiados y casi todas las direcciones de alojamientos NO EXISTEN… No hay ni rastro de las que busco y muchas otras poussadas están “oficialmente” cerradas, exhibiendo un papelito pegado en la fachada que avisa claramente que eran ilegales… Caminando veo una posada casi escondida encima de una pequeña fonda con nombre italiano… La patrona es una mujer todavía joven, rubia, que dice ser de Foz de Igaçu y que no me da muy buena impresión… Tiene un filho de 19 años que parece Frankestein… y que devora de un solo bocado el pão expuesto en la mesa de la cocina para el desayuno… Estoy cansado y acepto la habitación que me ofrece por un precio que no se corresponde en absoluto con la realidad… Me ducho y me tumbo en la cama… Duermo varias horas, ya que todavía tengo algo de jet lag…


Salgo a la tarde, con un cielo nublado, a visitar la capilla cercana de Don Bosco, repleta de vidrieras azules que ofrecen una atmósfera recogida y tranquila… Es, junto a la Catedral, un exponentes de los templos “de luz” que empezaron a desarrollarse en la arquitectura de los sesenta, en donde las paredes eran sustituidas por vidrieras multicolores de diseño abstracto casi “mironiano”… La catedral me sorprende también; la conocía de fotos antiguas y ahora necesita una pequeña restauración, pero no puedo evitar tomar una pequeña filmación de la atmósfera… Los ángeles colgados de la cúpula son muy originales… Cuatro estatuas de los evangelistas flaquean la entrada subterránea al templo… en fin, no está mal, aunque da la impresión de que han intentado ahorrar en materiales…


Después, sigo más adelante dando un paseo hasta el Congreso… Es una estampa también muy famosa, pero esperaba algo más cuidado y menos desgastado por el tiempo…

A la vuelta me cuelo en una misa en Dom Bosco… Aunque budista, me encanta asistir a las celebraciones litúrgicas de cualquier creencia… El catolicismo, además, tiene ese destello “aromático” de mi infancia perdida que me llena de una profunda y dulce nostalgia… Al catolicismo es, también, heredero de los cultos histéricos a Orfeo, Dionisos, Mitra… Es como una representación teatral que trata de rememorar, con toda su catarsis, hechos, actitudes y sentimientos que son patrimonio común (según mi experiencia) de la mayoría de las tradiciones del espíritu en toda la geografía humana… Compruebo que aquí, al igual que en algunos países de Asia, rezan el Padrenuestro con los brazos alzado y las palmas abiertas hacia el cielo… En Europa no se encuentra una emoción semejante en ninguna iglesia… Me encuentro satisfecho de haber reposado durante la misa en esta preciosa vitrina azulada…

Los pies duelen de caminar con las chanclas de cuero… Me encuentro cansado y me dirijo a la habitación… Una vez allí, me pongo uno de los pirateos que tengo sobre la Madre Teresa de Calcuta… Es una producción Italo-hispano-británica que no estámal y se desarrolla (cómo no) en mi amada India… Influenciado por la ceremonia vivida minutos antes, la película parece hasta “marchosa” y bastante interesante…

Duermo como un lirón…


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