Y como muestra un botón: “Lo que no es útil para la colmena, no es útil para la abeja”, decía este emperador que imperó sobre una sociedad orgánica —una “colmena”— que, precisamente por serlo, hacía posible que se dieran en su seno magníficas “abejas” (“individuos”, decimos en los tiempos en que, encerrado cada uno en su caparazón, se ha derrumbado la colmena).
He aquí una pequeña selección de sus Meditaciones… En posteriores posts pondremos algunas más:

4.40. Concibe sin cesar el mundo como un ser viviente único, que contiene una sola sustancia y un alma única, y cómo todo se refiere a una sola facultad de percibir, la suya, y cómo todo lo hace con un sólo impulso, y cómo todo es responsable solidariamente de todo lo que acontece, y cuál es la trama y contextura.
7.9. Todas las cosas se hallan entrelazadas entre sí y su común vínculo es sagrado y casi ninguna es extraña a la otra, porque todas están coordinadas y contribuyen al orden del mismo mundo. Que uno es el mundo, compuesto de todas las cosas; uno el dios que se extiende a través de todas ellas, única la sustancia, única la ley, una sola la razón.
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