martes, 30 de septiembre de 2008

OLÁ RIO!



Llegada a Río de Janeiro… A las 5:00 me tienen que despertar, me quedé profundamente dormido en el bus (cosa bastante rara en mí)... Recojo el equipaje y pregunto en la información de la estación qué autobús tengo que coger... Cojo el bus 126 después de que una chica me diera una tarjeta para un taxi… La decisión era fácil tras comprobar que el taxi costaba cuarenta reales hasta la zona a la que quería llegar... Necesito cambiar de bus y llego sin problemas a la Rua Barão da Torre…


Encuentro al llegar a la dirección a un americanito, uno de estos niñatos que hacen su viajecito después de la High School… Me capta para un hostel malísimo, donde el encargado (quizás porque lo he despertado de la resaca a las 6:30 de la mañana) me recibe con cara de perro… No quiere ni oír hablar de rebaja para la habitación y me abro a otro hostel justo enfrente… Es muchísimo más barato y con Internet gratuito… me dan una pequeña habitación debajo de unas escaleras y con la suficiente privacidad para darle al ordenador de vez en cuando… Hay una mujer trabajando que, curiosamente, también es descendiente de españoles de Murcia… Se llama Kris y tiene de apellido Molina. Le prometo mandarle información de Murcia a la dirección de e-mail que me da…


A los pocos minutos, mientras me inscribo, me encuentro con un australiano que habla un portugués formidable. Es algo gilipollas, pero méritos lingüísticos tiene, especialmente para ser un angloparlante…

Tras dejar los bártulos, me doy una vuelta por Ipanema… Es una playa fantástica y si yo buscara playas (que no es lo que busco precisamente), estaría fascinado… Vuelvo al hostel y pruebo el acceso a Internet…


Conozco a un joven canadiense, pintor de brocha gorda, descendiente de irlandeses, llamado Brian… Me cae muy bien, además de que chapurrea el francés un poquillo, que (vuelvo a repetir) es un mérito para un angloparlante…

Como el día parece un poco nubloso, decido aprovechar e ir a la estación (con el bus número 128) para efectuar la compra del billete para Foz de Iguaçu; pienso que para el día 7 de octubre está bien, dado lo bello de la ciudad y lo barato de mi alojamiento… Río se merece como mínimo una semanita…

Encuentro, a la vuelta, a un tipo que vende preparados de tapioca con carrito y que me enseña recortes de periódico en donde sale fotografiado… Veo que es famoso por su buen trabajo y que es feliz con su vida sencilla y lo admiro profundamente… Me tomo una tapioca de queso con orégano: está deliciosa, aunque algo salada para mi gusto…


Tras la ducha de rigor, charlo con Brian en la zona común de hostel. Me cuenta su visita de hoy a la colina de Santa Teresa con el bondadinho (un viejo y encantador tranvía) y cómo ha conocido a un pintor chileno que vive allí y que está cambiando una escalinata de la zona desde hace algunos años… Creo que en los próximos días también visitaré esta colina de favelas…

En la tele del hostel están proyectando la peli de “Zoolander” en Inglés… La primera noche es bastante confortable y me acurruco como un pajarillo en el sofá…

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