viernes, 10 de octubre de 2008

En Paraguay...


Hasta pronto a Brasil...

Despedida de Jairo… Del estúpido Marcus no debiera haberme despedido, pero también lo he hecho… He cogido el autobús para puente de amistad, el puente que cruza el río que sirve de frontera entre los dos países: Brasil y Paraguay… Tras un breve recorrido hemos llegado y hemos tenido que bajar al control de aduanas brasileiro… He cruzado, tras los trámites, a pie y tras unos minutos de tironear del equipaje, he llegado al control paraguayo… Ya estamos en Ciudad del Este, una de las ciudades más corruptas, contrabandistas y mafiosas del continente sudamericano...


Hola Paraguay...


Al pisar suelo paraguayo, he tomado un autobús a la terminal de la ciudad para, una vez allí esperar el bus Encarnación hasta las 11:00 (12:00 brasileiras) he leído un buen ratito el "Archipiélago Gulag" con alguna parada para hacer pipí tras negociar el precio que hay que pagar en los lavabos con las nenas de la puerta…

Llega por fin el autobús… El paisaje de campos de trigo de Paraguay delata el carácter de país eminentemente campesino que ostenta... También me voy dando cuenta de que es muy clasista y de que hablan todo el rato en guaraní… La gente es muy antipática, seria y callada… No se parece en nada al carácter abierto y latino de Brasil...

El autobús hace muchas paradas durante el camino. Me recuerda a muchos de los autobuses asiáticos… En el otro lado del asiento, hay una chica que habla por el teléfono móvil (el celular, que dicen aquí) es blanca y se comporta de manera clasista y acostumbrada a criados. Pide al copiloto que le suba un refresco, en vez de bajarse ella a comprarlo, y este va como loco y se lo trae. Un vendedor entra en el bus y la toca de refilón y le pide al conductor: "Oiga, señor, quiere decirle a este hombre que no me toque…". En fin, contrasta el servilismo de los parroquianos con la antipatía que se gastan con extranjeros...

Encuentro fácil el Hotel Germano, solo hay que cruzar la calle desde la estación… el establecimiento es regentado por una mujer japonesa (hay muchos paraguayos de origen japonés) que parece extremadamente cristiana y tiene un piano, cosa que denota su refinada educación... el ambiente es acogedor y familiar… La habitación es muy confortable y limpia... Hay una Biblia en el cajón…

Voy a sacar dinero (con problemas) y a la vuelta pregunto por buses a Asunción para dentro de dos días...Por la noche pongo la tele del ordenado, tras una soberbia ducha y a dormir…



Mañana nos toca ir a las misiones jesuíticas de Trinidad y Jesús... Hola de nuevo, Paraguay...


1 comentario:

  1. Anónimo8:39 p. m.

    hola, buscando còmo llegar a las ruinas de Trinidad y Jesùs, me topè con tu diario, que bueno que hayas tenido el gusto de visitarlas, ciertamente no son de los màs turistico de este continente, pero no por eso menos ricas..si todo sale bien las visitarè en febrero de 2009, vengo leyendo mucho sobre ellas, al igual que las del lado argentino (San Ignacio Mini, San Ana, Santa Maria, etc)..las ruinas a veces son mal llamadas jesuitas, cuando en realidad son ruinas jesuitas-guaranìes...los guaranìes se las ingenieron para plasmar su cosmovisiòn a traves del arte inculcado por las misiones, recordaràs por ej. las esculrutas de sacerdotes y divinidades cristianas en los frizos de las ruinas, en la mayoria de los casos èstos estàn colocados de forma frontal, esto hace referencia a la relaciòn frontal y directa que tenian los guaraniès con los chamanes..asi, cientos de cosas lograron plasmar las manos indigenas a traves del arte y las tecnicas impuestas por "la cruz"....La riqueza del arte mestizo!, la mixtura, el mestizaje, lo màs valioso que tenemos!!!..hermoso viaje!!!!...saludos. (Lucia, de Argentina)

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