Enfrente de la corte, he dado por casualidad con el Jardín Bolívar… Cercano había un club polideportivo para clases medias-altas con canchas de tenis habilitadas para el esparcimiento de los pijos mestizos de la ciudad…
El jardín tenía una especie de Torre Eiffel de unos 20 metros, que daba un toquesito “vanguárdico” al entrono…
Pronto hemos vuelto… Amenazaba lluvia, creo…
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