Cogemos el bus a La Paz… En unas cinco horas llegamos a la gran estación terminal de la ciudad… Decido coger alojamiento cerca de la terminal, ya que así hay luego menos lío a la hora de volver a coger el transporte; además, el centro está a un tiro de piedra… Camino con los bártulos y voy preguntando en los locales que voy viendo… Doy con el “Alojamiento Armentia”, en la calle del mismo nombre… Es una habitación luminosa, con un rincón semicircular cubierto por unos amplios ventanales que ocupan toda la pared, tiene baño privado y TV… Decido darme un lujillo y la tomo… Es precio es irrisorio, aunque algo superior a lo que voy pagando…
Tras esperar casi una hora a que la chica adecentara el cuarto, dejo los aperos y me largo, en una caminata de unos diez minutos, a la iglesia de San Francisco… Quedo fascinado… Voy echando fotos, hasta que me doy cuenta de que el objetivo no se pliega bien… Pienso que es la batería, aunque un mosqueo premonitorio me zumba en las orejas…
Sin usar la cámara, me dedico a recorrer las calles adyacentes y sus mercados, algo enfocados al turista… Me acerco luego a la Catedral y a la Plaza Murillo… Sin cámara, aprecio la vivacidad de La Paz y me lamento de no poder captar algunas imágenes que me impresionan… Desde la llegada de la foto digital, creo que tomar fotografías es una especie de poema que se convierte, en algunas ocasiones, en el espíritu central del viaje… Si perdiera los archivos fotográficos, perdería gran parte del alma del periplo… Aunque lo importante queda dentro de uno, la imagen (si es buena) ofrece una información libre de palabrería a quien la observa… Para algunos serían recuerdos, para otros fascinación o asombro, otros solo verían algo bonito… Pero lo mágico es que siempre habrá algo de las emociones que sentiste atrapadas en ellas… Y eso es mucho… :-)
En al habitación, al anochecer, mis temores se han visto confirmados… La cámara no mueve bien el objetivo y está encasquillada… Con trabajo y suerte, logro plegarlo y taparlo… Guardo la cámara en el equipaje y me propongo buscar urgentemente, en el peor de los casos, una (difícilmente) sustituta a buen precio y de la mejor calidad posible… Mañana andaremos ese camino… Tengo la esperanza de que, quizás mañana, nuestra buena máquina se arregle espontáneamente… Mientras, dejaré cargando las baterías por si fuera cosa de ellas…
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