La BARAKA de la ascensión de ayer ha continuado parte de este día… Nada más llegar al puestecito techado de después del puente, justo cuando empieza el camino de tierra, me he parado a descansar para el largo trecho que me quedaba… Allí he preguntado, agandulado como iba, por transporte hasta el pueblo… No había, pero alguien me ha dicho que un par de “gringos” (no los de la ida) tenían un vehículo todoterreno alquilado (y me han señalado un 4x4 en donde un par de “guys” trajinaban a modo) y que quizás podrían llevarme… Dicho y hecho, me he dirigido a ellos, un par de simpáticos colegas, y les he preguntado… Me han dicho que no solo a Santa Teresa, sino que podrían acercarme hasta Santa María… ¡Que suerte! Les he agradecido su amabilidad y también han montado a un par de chavales chilenos… Tras unos minutos estábamos de camino…
Después de unas horas habíamos llegado a Santa María… Me he despedido de ellos y una chica del lugar me ha llevado a un alojamiento distinto del de la otra vez que anduvimos por ahí… Tenía la ventaja de ser una habitación individual, pero la desventaja (me he dado cuenta después) de que este hospedaje formaba parte de una especie de restaurante-pub que mantenía música local, a todo trapo, hasta altas horas de la noche… aún así me he dormido sin apercibirme de cuando ha parado la “fiesta”… Cosa de la Bendición, de la Baraka, del Machu Picchu…
Y así ha transcurrido, plácidamente, nuestra noche en Santa María… Mañana volvemos a Cuzco…
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