
Hoy he ido hacia Chavín… A las 9:00 me ha llamado Marcos y nos ha recogido a Sandor y a mí…
El pequeño bus ha dado algunas vueltas para recoger más gente y ha tardado para salir… El camino ha sido lento (mucho más de las dos horas prometidas) y ha transcurrido entre baches y traqueteos… A mi lado se ha sentado una chica de origen coreano que llevaba dos años en Lima… No hablaba mal el español, también quería visitar las ruinas…
El pequeño bus ha dado algunas vueltas para recoger más gente y ha tardado para salir… El camino ha sido lento (mucho más de las dos horas prometidas) y ha transcurrido entre baches y traqueteos… A mi lado se ha sentado una chica de origen coreano que llevaba dos años en Lima… No hablaba mal el español, también quería visitar las ruinas…

Hemos parado unos instantes en la laguna de Querococha, que estaba de camino, y hemos disfrutado brevemente de la belleza del lugar…

Luego hemos reanudado el viaje hasta llegar al pueblo de Chavín… Nos han llevado a un “restaurante turístico” que tenía la peculiaridad “turística” de cobrar, como mínimo, varios soles más de la cuenta por cada plato… Acabados de comer, nos hemos dirigido a toda prisa a las ruinas y el guía de nuestra excursión, Marco Antonio, ha ido deshilvanando todos los entresijos del lugar, incluidos los pasadizos subterráneos que forman parte del complejo… Me he quedado con las ganas de ver mejor el “lanzón”, la piedra que adoraban los sacerdotes y el pueblo de la cultura Chavín, pero el pasadizo era muy estrecho y hemos tenido que llegar de uno en uno, estar un corto rato y dejar paso al siguiente de la cola…

La cultura de Chavín era teocrática, como casi todas las de la zona que luego fue incaica, y estaba jerarquizada en sacerdotes (en la cúspide), los guerreros y el pueblo… Cada estamento tenía sus propias zonas de culto. Mientras que el pueblo hacía sus rituales en la gran plaza cuadrada del recinto, los sacerdotes elaboraban sus complicados rituales en un recinto, más pequeño y circular, que quedaba en la parte alta… Utilizaban alucinógenos y tenían la creencia en la adoración de un ser antropozoomórfico, constituido de cóndor, jaguar y serpiente, que representaba el mundo superior, la tierra y el inframundo…

Ha sido una interesante visita, aunque parcialmente pasada por agua, pero cuando hemos empezado a tomarle el gusto, hemos tenido que partir de vuelta de nuevo…

Tras unas tres horas y media, hemos dado con nuestros huesos en Huaraz… Una vez allí, Sandor y yo hemos buscado algún lugar para cenar algo y luego nos hemos marchado a dormir… Mañana, nuestro amigo chileno va a otra excursión y yo tengo un autobús nocturno a Trujillo que sale a las 21:00…

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