domingo, 15 de febrero de 2009

Hacia Huaraz...


Temprano hemos salido y he ido a llamar a un taxi para que me acercara a la terminal… Una vez allí, he ido a comer algo a un local cercano y luego me he dispuesto a esperar… Uno de los encargados de la ventanilla me ha llamado por si quería depositar mis trastos… He aceptado porque así andaba más libre, pero he pasado las más de seis horas antes de mi partida arrellanado en un asiento leyendo a mi amigo Elías y su “Auto de Fe”… El tiempo ha pasado deliciosamente rápido y cuando se acercaba la hora estaba bien descansado…


Se acercaba una larga noche de traqueteo, pero no podría ser peor que la de Ayacucho… A mi lado en la estación, se encontraba un chico que ha resultado ser chileno y que iba a la misma destinación que yo… Su nombre era extraño: Sandor; comparado con mi “José”, era todo un poema…

La noche a Huaraz ha sido tranquila, aunque “mancillada” en ciertos momentos por una compañera de viaje que se ha empeñado, de vez en cuando, en ponerme el culo encima… Son cosas de los viajes en países como este, en donde la gente duerme sin problemas, aunque sea en la punta de un clavo… :-)

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