sábado, 21 de febrero de 2009

Chiclayo

Hemos salido para Chiclayo… Por la mañana he pillado un taxi baratito (aquí en Perú merece la pena utilizarlos) para que me llevara a la estación de la compañía Línea… He llegado sobre las 11:00, así que nos ha dado tiempo a desayunar y a depositar con tiempo los bártulos en la sección de equipajes… A las 12:00 ha salido el bus… Tras cuatro horas atravesando el arenoso paisaje desértico de esta región norteña, hemos arribado a la ciudad de Chiclayo…



Los hostales no estaban muy lejos de la zona de hosteles, pero me ha costado encontrar alguna habitación libre y a buen precio… Seguidamente de dejar, casi ritualmente, los trastos, he salido a darme una vuelta por la zona…




La ciudad no merece mucho la pena, aunque está llena de esa vivacidad que he podido ver en las ciudades peruanas… Lo más importante de aquí son las ruinas de Sipán y, sobre todo, el museo de las Tumbas Reales, en la cercana Lambayeque, que es a donde transportaron la totalidad de los objetos encontrados por los arqueólogos a lo largo de años de trabajo y de lucha contra la expoliación… Sobre el resto, es decir, el sitio en donde se encontraron, todo el mundo me dice que no merece la pena verse, ya que solo es un desordenado montón de adobe en donde se puede encontrar, aquí y allá, burdas reproducciones de los objetos originales depositados en el museo… Mañana, con más tiempo, trataremos de visitar esa colección en Lambayeque…

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