Hoy me he quemado como un jodido cangrejo… No me he acordado de las coordenadas geográficas por donde andaba y he dado un largo paseo, en pleno mediodía, por la playa… He encontrado alguna cocha de nácar blanco y me he entretenido mirando a la arena buscando más… Cuando me he venido a dar cuenta, andaba muy lejos de mi punto de partida, iba en bañador tipo “Torrente”, y el Sol estaba en lo alto con todo su poder…
Al entrar a la habitación, todavía no se notaba nada… Pero cuando han pasado unas horas, el color rojo de mi piel ha llegado a asustarme… He estado entrando y saliendo de la ducha hasta el atardecer y esto parece que me ha aliviado algo… Luego me he echado crema de esa de Q10 que tengo por ahí… Aún así me he quedado “poco hecho”, con solo “vuelta y vuelta”, jugosito por dentro y tostadito por fuera… He salido de la barbacoa con el colorcito a gamba que se les queda a los guiris anglosajones, escandinavos y centroeuropeos cuando se acercan a alguna playa templada… Siempre me he reído de este grupito, pero ahora los comprendía y me sentía tan (o más) gilipollas que ellos…
En fin, por lo menos no me ha llegado a doler y me he quedado en el punto en el que, espero, no me afectará a la salud; aunque en cuestiones de piel, la factura se paga bastante tarde…
Ha aparecido otra araña, esta vez nocturna... He tenido que usar flash... Su tela está colocada en la barabda del balcón... La otra, la diurna de la palmera, etsba hoy tejiendo como una posesa... :-)
Me ha dado tiempo de disfrutar del atardecer (antes no podía, ni debía, salir al sol) He dormido bien, a pesar de todo, y he repuesto fuerzas para mañana coger el bus con destino a Tumbes, a un tiro de piedra de la frontera ecuatoriana… Desde esta población sacaré boleto, en la compañía CIFA, para Guayaquil o Cuenca (la de Ecuador, se entiende…)
No hay comentarios:
Publicar un comentario