lunes, 27 de abril de 2009

Camino a São Luís...


Por la mañana he ido a desayunar temprano y a conectarme a Internet… Vittoria (creía haberme librado ya de la “italianinha”) se ha acercado amablemente a decirme que el check out era una hora antes de lo previsto… Le he agradecido y he subido a sacar los bártulos… He dejado el equipaje en una de esas habitaciones para ello, tras pagar un real, y luego he ido a acompañar al desayuno a Vladimir, el chaval francés y la italiana… Me he aburrido con la conversación sobre la noche anterior y he preferido seguir con Internet… Desde allí, una vez terminada la sesión, he vuelto a recoger mis cosas y coger un bus a la terminal… Me he despedido de Vladimir y del niñato francés que está descubriendo todo a pasos agigantados… Vittoria no estaba, pero le he dicho a la gente que me despidieran de ella… Tras esto, corriendo a la parada, en donde no ha habido que esperar mucho… Nada más llegar, ha empezado a llover de lo lindo…


El tiempo en la terminal ha pasado rápido, ya que me he enfrascado en la lectur del libro sobre “Los mejores cuentos policiales”, recopilados por Bioy Casares y Borges…


Al dejar los equipajes, me he dado cuenta de que los resguardos se habían perdido. Lo he comentado y me han dicho que no habría problemas por la mañana… El problema principal ha sido la temperatura del aire acondicionado, que estaba de la leche de baja, casi tiritaba… Me he cambiado a unos asientos traseros, ya que el vehículo estaba casi vacío, en donde la temperatura era apreciablemente mayor…


Por lo demás, el viaje ha transcurrido tranquilo… Y, curiosamente, he dormido muy bien… Claro que nunca se descansa apropiadamente en un viaje nocturno en autobús…




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