Paseo por población… Este va a ser el último día en la mítica Manaus (o Manaos, en español) y hemos aprovechado los parones en las lluvias para poder apreciar algún edificio de la época dorada de este que fue el emporio del caucho y una de las ciudades más prósperas, y con más rápido desarrollo, del Amazonas…
Hemos accedido, en primer lugar, al Teatro de la Ópera… Su diseño neoclásico y modernista, nos habla de un tiempo en que una amplia clase medía y media-alta, enriquecida por el látex, podía permitirse el lujo de traer grandes figuras del “bel canto” hasta este punto perdido de la selva sudamericana…
Tampoco es que pueda decirse que estamos ante una maravilla arquitectónica, pero nos recuerda el poder que ya tuvo este país, Brasil, durante el siglo pasado y el anterior…
Aunque es una bella bestia dormida, Manaus combina la modernidad que va adueñándose de Brasil, con un cuidado más o menos meticuloso de su “piedra vieja”… No es una mala ciudad para visitar… Lo malo (o lo bueno) es que, a pocos kilómetros de sus afueras, según dice Alexandro, reinan las tarántulas en una espesura impenetrable y profunda, que se está haciendo un hueco en el llamado ecoturismo…
Por la noche ha vuelto a llover y hemos pasado largo rato hablando con Federico…
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