El hotel recomendado por la guía estaba a rebosar y han sido tan amables de permitirme dejar mis bártulos y comenzar la búsqueda de hotel… Ha sido muy difícil dar con un alojamiento decente, ya que casi todos son hoteles “por horas”, es decir, de esos para echar un polvo y largarse… Después de un buen rato, hemos dado con el Hotel Tanausu, con buen precio y decentes habitaciones… Me he acercado a donde dejé el equipaje y he salido echando leches hacia mi nuevo habitáculo… “No es bueno, dicen los locales, andar por este barrio con las mochilas colgando por ahí, ya que lo pueden asaltar en un abrir y cerrar de ojos”: ¡Linda Venezuela!
Tras ducha y recuperación de aliento, nos hemos encaminado a la parte más nueva (y céntrica) de la capital… Buscábamos la “Torre Oeste”, para echar unas fotos al skyline, la línea del horizonte urbano, de Caracas… Estaba cerrada a las visitas… Por lo visto ya se habían tirado desde arriba unos cuantos…
Por lo menos la visita a la casa natal de Bolívar y el adyacente Museo Bolivariano, me han reconciliado con la ciudad; Ha sido digno ve ver el lugar en donde nación el famoso “libertador”…
Un mitin “espontáneo” en plaza Bolívar, organizado por una agrupación socialista bolivariana de no me acuerdo donde, iba echando la culpa a los funcionarios no chapistas de sabotear las directrices del camarada presidente Chávez haciendo mal las cosas…
Hace apenas unos meses que me terminé de leer “Archipiélago GULAG” y, al ver los razonamientos que exponen estor chavistas sobre las causas de que funcionen mal las cosas en Venezuela, he comprobado que el estalinismo siempre usa las mismas armas:
- Las campañas de Stalin contra los ingenieros, que hacían de cabeza de turco ante la mala marcha de la economía, caían bien a ciertos sectores populares… Se les acusaba de la excesiva producción (si esta era superior a lo deseado, aunque fuera exactamente la planificada) o de la baja producción (si esta era exactamente la planificada, pero dejaba desabastecido al pueblo)… Así, los políticos estalinistas (los que dictan lo que hay que producir y cuanto) son siempre inocentes y los malos son los diversos sectores a los que, sin ninguna razón ni vergüenza, hay que culpar…Vuelta y tipo que me aborda…
- La paranoia ante la prensa de la oposición, a la que acusan de “insultar”, “mentir” y “conspirar” (algo que también me pone malo que pase en mi país con sectores periodísticos como la COPE). Así que van cerrando poco a poco la prensa “molesta” para que el “oficialismo” pueda adueñarse de la propaganda… La propaganda se divide, por su enfoque, en dos sectores:
- Uno burdo, gritón y populista, el más insultón de todos, más insultón que cualquier propaganda no oficialista habida antes de su supresión: lo de “insulto” es un viejo truco totalitario que siempre ha funcionado bien para suprimir la prensa de oposición; pero que está “santamente” justificadísimo en el caso de lo “oficial”… (véase a Chávez y su programa de TV en Venezuela, o a Iñaki Gabilondo y su telediario en España)
- El otro enfoque está más dirigido a retroalimentar al más culto, adoctrinándolo con conceptos de lo que es políticamente correcto o no en un determinado momento… Estas doctrinas deben de coincidir con el oficialismo y pueden ser contradictorias de un día para otro, depende de lo que marquen los comités…
En fin, bella parte histórica (aunque muy exigua) la de Caracas y un revolver de tripas ante el uso de la represión de la inteligencia por los bolivarianos chavistas, que creo que ensucian el nombre del ilustre masón que liberó Sudamérica, ya que entre sus defectos no estaba el estalinismo…
Hemos vuelto despacio caminando… Hemos llegado al anochecer a la habitación… Y hemos dormido como reyes, sin pesadillas chavistas que nos oprimieran… Mañana sacamos el ticket para ir a Mérida… :-)
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