viernes, 17 de abril de 2009

Santarem


De nuevo la mañana me ha despertado tempranito… ya veo que es a estas horas cuando es más mágica la atmósfera de estos bosques amazónicos…


Tras unas horas, a lo lejos, se divisaba ya el perfil de la ciudad de Santarem, justos a la mitad del río Amazonas y sin mucho interés en sí misma, salvo su carácter portuario fluvial y la proximidad de la pequeña población, que va abriéndose al turismo local, de Alter do Chão…


Tras el rollo de llegar y bajar entre la gente que se empujaba, hemos buscado habitación… He tenido la suerte de encontrar la número 23 del Hotel Gran Río con muy buenas vistas del río y el muelle… Luego he dado una pequeña vuelta por las calles, de cierto aspecto “fronterizo” de esta pequeña localidad…


Desde mi ventana, además, se puede contemplar impunemente el lento acontecer diario de la vida local… Bajo un cielo encapotado, el tiempo transcurre tranquilo y sin prisas…


Hemos ido, por la tarde, a dar una vuelta las italianas y el francés… Nos hemos sentado a la orilla del muelle… Me ha llamado mucho la atención el nombre de dos barcos de remos: “prostituta” y “prostituta2”… Esto es como el far west, lleno de tatuajes y vida perdularia, pero con un cierto aroma provinciano que uno encuentra en los pequeños pueblos que se creen importantes por ser encrucijada de caminos… :-)


El ambiente es bastante tranquilo… Lo suficiente como para permitir que un par de niñas italianas (eso sí, que hablan perfectamente el portugués y viven en Brasil) y un ajedrecista francés, se den unas vueltas, con un calvorota español, a orilla del río…


Se nota que a este puerto llega gente de clase media de Brasil y, cada vez más, turistas de fuera, que van atraídos por el pueblo ribereño de Alter do Chão… Toda la orilla del río, cerca de sus muelles, esta adornado de curiosas esculturas, en plan vanguardista y tal, que parecen atracciones de un parque temático para niños…


El atardecer nos ha pillado contemplando el ir y venir de las canoas… El pueblo tiene solo una pega: que hay demasiado charco de agua en donde poder desarrollase a gusto el jodido mosquito del dengue…


No ha sido mala idea parar aquí unos días por aquí… Sobre todo, que tirarse varios días más por el río (aunque sea a favor de la corriente y uno se ahorre jornadas), puede ser demasiado agotador y acabar con la “poesía” que tiene el río más espectacular de este planeta…

No hay comentarios:

Publicar un comentario