domingo, 5 de abril de 2009

Estamos en Mérida


Llegamos a Mérida y lo primero que hemos hecho ha sido sacar el billete a Ciudad Bolívar con antelación… Serán 24 horas de viaje, pero la promesa de estar a un tiro de piedra de Brasil me dará fuerzas…


Hemos tomado un taxi hasta la Posada Suiza, que es como se llama un alojamiento barato en pleno centro histórico de la ciudad. “Barato” en Venezuela es una especie de eufemismo para referirse a precios menores de la media; ya que, como el país no tiene una buena infraestructura turística, no existen alojamientos de calidad que sean baratos… Por termino medio, una habitación es casi 4-5 veces más cara que otra, de las mismas características de Colombia y el doble o el triple que otra homologable en Brasil…


Me dicen en la posada que en una habitación hay una española que, al final, no he llegado a conocer… el alojamiento tiene una terraza muy graciosa, con hamacas, revistas y libros que tiene una buena vista de la ciudad…


Hemos dado una vuelta para mezclarnos y perdernos por el Domingo de Ramos de Mérida…


Aquí en Latinoamérica hay una fe sencilla, masiva y popular, como la que viví en la España de niño, cuya atmósfera es emotiva y vibrante… Se nota que la gente vive y prepara las festividades religiosas como un gran evento social y familiar y el tufillo de incienso se cuela en la vida cotidiana de las personas… Así me gustaría encontrar una comunidad en mi país; pero la religiosidad masónica (es decir el culto a la materia y al “dios arquitecto”) ha llegado fuerte a mi tierra, mientras que aquí (habiendo sido un motor de la independencia y de la creación de las naciones iberoamericanas) ha ido perdiendo fuerza gradualmente, quedando arrinconada, como objeto de tipismo, a alguna logia pública que de vez en cuando te encuentras…


Otro tema es el de la masonería “illuminati” (o luciferina), que tanta fuerza tiene en el mundo y que gobierna descaradamente los designios de los Estados Unidos y, por ende, del planeta… Esta última, no solo anda oculta y bien escondida, sino que mete mano con increíble poder y fuerza en el continente latinoamericano y en la política española…

He hecho alguna compra para aprovechar que se puede acceder a la cocina en este albergue y, nada más llegar, nos hemos metido una siesta, asombrosamente “fructífera”, en hamaca…



Por la tarde hemos ido a ver el tan aclamado teleférico más alto y largo del mundo, con 12.5 Km. de largo y que salva un desnivel que va desde los 1577 m. de la estación de Barinitas hasta los 4765 m. de la cumbre de Pico Espejo… Como es habitual en estos últimos tiempos, esta atracción mundialmente conocida, no funciona…

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