Cali no es una ciudad muy bonita hasta que uno no se acerca a visitar la Colina de San Antonio, que es desde donde fue creciendo la población…
Antes, en el camino, hemos pasado por la iglesia de la Merced y la Casa arzobispal…
Varias calles, mientras subía a la Colina, me han llamado la atención por los colores… Se notaba el aroma del trópico…
Una vez ante los extraños relieves en la escalinata que conduce a la Ermita de San Antonio, he ido a comprar algo de líquido, ya que por aquí uno no se da cuenta de la deshidratación…
La Ermita es un resto de los primeros asentamientos coloniales de la zona…
El paisaje que se ve desde arriba, te reconcilia con el Cali de la historia y con su tradición…
Hemos tenido otra de esas advertencias, que los lugareños te ofrecen de vez en cuando, sobre el cercano mirador de Sebastián de Belalcazar… Al parecer, es mucho mejor acercarse a partir de las 16:00, ya que antes está muy desierto y hay “amigos de lo ajeno” (“malones”) dando vueltas por allí… Damos las gracias y hacemos caso…
Atardeciendo, hemos vuelto a la zona de nuestro alojamiento… Cenamos en la fonda cercana y luego hemos ido a la habitación a dormir algo… Estamos cansados y mañana por la tarde pillamos bus a Bogotá…
pues no se que parte de cali habra visto pero cali es la sucursal del cielo y es bella desde su gente hasta ella misma pero cuenteme una casa que ciudad no tiene lunares negros cali no es la exepcion pero aun asi sigue siendo la ciudad mas bella
ResponderEliminar