Hoy hemos dado las últimas vueltas por la ciudadela…
Perdido por los callejones de esta preciosa ciudad que cuesta abandonar, me he propuesto volver algún día con alguien más de compañía… Alguien con quien merezca la pena el placer de viajar…
Hemos paseado por los rincones que más nos habían gustado. Como siempre, los templos y las “viejas piedras”, es lo que más a ocupado mi atención…
Es difícil, como he dicho antes en algún post anterior, no quedar hechizado con la arquitectura y las calles coloniales…
Los típicos balcones que parecen llevarnos a retirados pueblos de Castilla, Extremadura y Andalucía…
Me he detenido de nuevo en alguna clásica puerta con esa combinación de colores que solo puede apreciarse en latitudes como esta…
Luego, me he aproximado hasta la plaza de Santo domingo. Allí andaban unos músicos y danzantes típicamente caribeños…
Estas danzas te permiten apreciar el arte de la tierra y la belleza y la gracia de alguna de sus mujeres…
El atardecer me ha pillado en lo alto de las murallas cartageneras… ¿Cómo no tomar una foto del momento?
Cartagena, con sus luces y sombras, quedará en el recuerdo…
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