Hoy ha sido el día de mercado… Toda la llamada Plaza de los Ponchos, se ha llenado de artesanos, artistas y tiendas de comida…
Me ha llamado llama la atención un ajedrez de conquistadores e indígenas muy bonito, y he intentado regatear para tentar que precio se podría pagar por él…
Pero lo principal del día de hoy ha sido la visita a la cercana Cascada de Peguche, a la que he ido caminando, sorteando algún que otro perro hostil…
Cuando he llegado cerca, alguien me ha señalado un camino “alternativo”, distinto del marcado “oficial” hasta cascada…
Gracias a ello he dado, a la mitad del itinerario, con una especie de centro tradicional indígena, medio abandonado, sin nadie a los alrededores, en el que me he encontrado la habitual bandera multicolor indígena presidiendo varias estacas de madera decoradas con frases multicolores del tradicional alfabeto nativo de los indios de la zona…
También se podía uno encontrar con inscripciones recientes de estas frases escritas en este alfabeto pictórico ancestral…
Hemos dado con la cascada por el lado opuesto al que la mayoría de la gente accede… La vuelta ya ha sido por el lado vallado, marcado y “oficial”… Claro está que esta improvisación del camino que me habían indicado unos indígenas que había encontrado por casualidad, me ha llenado de sorpresa y satisfacción… Ha sido incómodo, pero la belleza es, casi siempre, nada cómoda y, desde luego, nada burguesa…
Hemos cogido la habitación algo tarde… He estado paseando por las calles de Otavalo hasta que el bullicio de sus gentes se ha ido apagando… Mañana, no lo olvidemos, vamos a Colombia…
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