En lo alto del horizonte bogotano, se encuentra ubicado un impresionante cerro que recibe el nombre de Monserrate en honor a que, en su cima, hay un templo en el que se haya alojada una reproducción de la Virgen de Monserrat…
Para subir se puede usar un teleférico, un funicular o, si uno va en peregrinaje, un tortuoso camino que va ascendiendo hasta la cumbre robándole el resuello al personal…
En mi caso ha sido el teleférico lo que he utilizado… Hemos llegado en minutos a la cima… Un Via Crucis, compuesto de preciosas esculturas sobre la pasión del Cristo, une la parada final de la cabina con el templo en la cúspide del cerro…
La visión panorámica, a vista de pájaro, de la ciudad de Bogotá, es el mayor premio que uno encuentra al llegar a lo alto del monte… También, en la parte trasera, siguiendo una hilera de pesados vendedores de abalorios y comidas, se puede apreciar un paisaje natural esplendoroso…
Lo curioso es que la imagen de la “Moreneta” es clavada a la del santuario hermano catalán… De hecho, la figura está custodiada por una bandera catalana y una colombiana… La capillita que aloja a esta reproducción se encuentra a un costado del templo principal, dedicado a una talla que representa al Cristo caído con su cruz…
Hay mucha devoción, no tanto a la Virgen como al llamado “Cristo de Monserrate”, que es como se llama en realidad el lugar… Hay infinidad de lápidas, flanqueando la imagen en su parte trasera y en los laterales, que agradecen favores y gracias recibidas mediante su advocación…
Parece ser que el camino pedestre hasta la escarpadísima Montaña del Cristo de Monserrate debe ser restaurado, ya que pueden haber ciertos riesgos derivados de las lluvias torrenciales de la zona… En la TV local y en la prensa se recogen las quejas sobre la oportunidad de dichas obras, sobre todo ahora que está tan cercana la Semana Santa y hay innumerables peregrinos que usan dicho camino para ascender a pie calzado o descalzo, incluso de rodillas, hasta la cima…
Para bajar, solo estaba funcionando el funicular, así que hemos probado las dos formas más rápidas y cómodas (las más “homer-simpsonianas”, sin duda) de acceder y dejar el lugar…
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